Día 1 BARCELONA – AIGUES-MORTES – ARLES – MARSELLA
Reunión en la Plaça Francesc Macià. Salida en autccar con dirección Marsella. Desayuno en el área de l’Empordà.
Llegaremos a la Camarga, un territorio formado por la lucha constante entre las aguas del delta del río Ródano y las del Mediterráneo.
Visitaremos Aigues-Mortes, una ciudad completamente amurallada cuyo recinto fue levantado en el siglo XIII y ha llegado intacto hasta nuestros días. Desde su fundación hasta el año 1481, fue el principal puerto francés del Mediterráneo, favorecido por el rey Luis IX de Francia y sus sucesores. Por ello, fue el punto de partida de las cruzadas desde Francia hasta la anexión de Marsella en 1481. Almuerzo.
Por la tarde, visitaremos Arles, una población destacada en la época romana, para dar un paseo cultural. A continuación, visitaremos Martigues, conocida como la “Venecia Provenzal” gracias a sus canales. Alojamiento en Marsella.
Día 2 MARSELLA – GORDES – ROUSSILLON – MARSELLA
Desayuno en el hotel. Por la mañana, visitaremos la Provenza interior, conocida por sus atractivos paisajes de montaña y sus campos de flores y vegetación mediterránea.
Visitaremos Gordes, un pueblo que se erige de forma escalonada sobre un roquedo con amplias vistas a la campiña y al macizo del Luberón. Gordes invita a descubrir sus plazoletas y callejones empinados, repletos de múltiples miradores. Almuerzo.
A continuación, visitaremos Roussillon, conocido como la “villa roja” por los sorprendentes colores ocres y cobrizos de las tierras y canteras que lo rodean. La primitiva Iglesia de San Miguel, que se remonta al siglo XI, se encuentra dentro de las fortificaciones, frente al castillo. En su interior destacan una estatua de San Miguel y un Cristo en la cruz.
Regreso a Marsella.
Día 3 MARSELLA – CASSIS – MARSELLA
Desayuno en el hotel. Por la mañana nos dirigiremos a Cassis. Como lo popularizó Frédéric Mistral, el famoso poeta provenzal: “Quien ha visto París y no Cassis, no ha visto nada”. Entre mar y roca, calanques y sol, Cassis (cuya “s” final no se pronuncia) es uno de los pueblos más bellos de la región.
Los primeros vestigios de la vida en Cassis datan de la antigüedad, como lo demuestra la cueva de Cosquer. El pequeño puerto se dedicaba a la pesca y prosperó durante muchos años. La piedra de Cassis también ha sido explotada desde la antigüedad en los puertos más grandes del Mediterráneo.
Si la climatología es favorable, podremos hacer un paseo en barca para ver estos sugestivos paisajes mediterráneos, que han sido declarados Parque Natural. Almuerzo. Por la tarde, regreso a Marsella.
Día 4 MARSELLA – “NORMA” en la OPERA DE MARSELLA
Desayuno en el hotel. Aunque la presencia de vida humana en la región se remonta a más de 20,000 años, fueron los griegos quienes establecieron la fundación de Marsella en el año 600 a.C. La historia de la ciudad está firmemente centrada en el mar, ya que los primeros habitantes llegaron desde el Mediterráneo. Quinientos años más tarde nació el puerto de Marsella.
Hoy, Marsella experimenta un gran éxito gracias a su presencia cultural en temas tan diversos como la arquitectura y el medio ambiente. La ciudad se convirtió en Capital Europea de la Cultura en 2013. Desde entonces, todas las miradas se vuelven hacia esta ciudad única, donde florecen nuevos espacios como el Mucem, la Friche Belle de Mai y las Terrasses du Port. Almuerzo.
Por la noche, asistiremos a la representación de Norma de Vincenzo Bellini en la Opéra de Marseille.
Día 5 MARSELLA – LES-BAUX-DE-PROVENCE – BARCELONA
Desayuno en el hotel. Por la mañana nos dirigiremos a Les-Baux-de-Provence, un lugar extraordinario en el centro de los Alpilles. Enclavada en una meseta rocosa, la ciudad domina la Camargue y Arles. Con sus 22 monumentos protegidos, Les Baux-de-Provence cuenta con un patrimonio histórico y arquitectónico excepcional.
Todos los encantos de los pueblos provenzales se concentran en Les Baux-de-Provence: callejuelas de carácter, pequeñas plazas llenas de encanto, terrazas sombreadas, fuentes, tiendas de artesanía, sol y buen humor. Clasificada también como uno de los “50 pueblos más bonitos de Francia”, ofrece un patrimonio histórico excepcional, con la ciudadela que domina toda la villa, el castillo, las casas restauradas y las tiendas de artesanía provenzal. Almuerzo.
Por la tarde, regreso a Barcelona.